Que se puede decir de tener el privilegio de vivir en una isla como Menorca. Poco se puede añadir a estas imágenes, un paraíso donde aún se conservan playas casi vírgenes y donde caminar por su "Camí de Cavalls", aún a sabiendas que me traería consecuencias al día siguiente en mi pierna, vale siempre la pena. Estampas magníficas, colores vivos, rocas que parecen talladas con cincel y martillo. Simplemente un privilegio, como dije antes.




































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