De una playa idílica, a un camino de bosque cerrado el cual, me llevo a tener que hacer alguna que otra fotografía con un ISO 1600, con una velocidad relativamente lenta. Poca luz, gran cantidad de matices de verdes y un lugar infestado de mosquitos, que más lejos de hacerme desistir en continuar el camino, me animaron a seguir fotografiando. Sólo la falta de cobertura total, en algunos puntos hasta el punto de no tener ni cobertura para emergencias, me hicieron tomar la decisión de no continuar algún kilómetro más.
Aconsejo a quienes les guste estar en la naturaleza y perderse en ella, este trozo de Camí de Cavalls, eso sí, mejor con repelente de mosquitos.