Un cuarto día un poco confuso. Decidí salir por una zona, que aunque está dentro de la urbe, sigue conservando el carácter rural que una vez, tuvo toda esta zona de Mahón. Es increíble ver como aún, que en una zona como es la zona donde vivo, separada de unos 200 metros de la zona más céntrica de Mahón, puedes encontrar un entorno completamente rural. Las típicas "tancas" de menorca, trocitos de suelo rústico, separadas por paredes de piedra tan sólo unidas por su peso o por la presión de la superposición de unas sobre otras y de los ángulos en las que están colocadas, en las que sigues viendo cerdos sueltos que atienden, como si de personas se tratase, al grito de su nombre, cuando "l'amo", su dueño, los llama para la recogida. También puedes darte cuenta de la diferencia en la incisión de la contaminación lumínica en ese entorno semi-rural, recogida en las últimas fotografías de esta serie. En esta serie de fotografías veréis una en color, no pude resistir la tentación, al ver, que cuando el hombre deja de invadir entornos naturales, estos vuelven a engullir las construcciones humanas, para crear una estampa de história de cuentos encantados.
Pero la realidad del momento me la encontre solo asomar la cabeza al final de ese camino, puesto que este mismo termina en una avenida que rodea el extrarradio de Mahón y, donde pude comprobar, que seguimos sin entender que deben evitarse las aglomeraciones y que no se puede ir en grupos, sino salir solos. Como no, al llegar a ese punto, decidí dar media vuelta y volverme por el camino que me llevó hasta allí. Ahora con distinta luz, que era ya casi de noche, pude hacer las últimas fotos, a las que me refería antes sobre el cambio de la contaminación lumínica. Mientras en el camino, apenas había luz para iluminar el entorno de las puertas de las casas, unos cientos de metros más allá, donde ya llegas a la "civilización, el uso de luz excesiva, también dejaba imágenes para pensar... ¿De verdad es tan necesario perturbar la oscuridad para llamar la atención?
Sin mucho más que contar, os dejo esta reflexión sobre nuestro estilo de vida: "Si tan bueno es nuestro estilo de vida, consumista, de luces incidentes para poder destacar, de aglomeraciones y desobediencia, a menudo, inconscientemente, ¿por qué durante este paseo que hice por este camino semi-rural, vi niños felices de estar en sus "tancas" personas que no parecía importarles nada ni el confinamiento, ni el desconfinamiento y animales que se sentían protegidos de los humanos, por el solo hecho de que están acostumbrados a convivir con ellos?"











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