Hoy, cuando supe que el paseo sería con mi hija y, a sabiendas que iríamos las "Parc Rubió Tudurí", un parque natural que hay cerca de mi casa, pensé, "hoy voy ha hacer mi primer reportaje en color de este desconfinamiento". Como expliqué en el prólogo, el blanco y negro lo uso para expresar mi falta de confianza en este desconfinamiento y más, de la forma que se está planificando. Yo mismo me quedé un poco sorprendido que, parques públicos como este, se abrieran sin ningún tipo de vigilancia activa, puesto que, no es demasiado difícil de entender, que va a ser usado de forma irregular, más pronto que tarde. Pues hoy ha sido para mi la confirmación de este temor que tenía. Cuando he llegado al parque, hasta antes de entrar, me ha parecido ver varios grupos de personas y niños jugando y yendo en bicicleta por dentro del parque. Niños son niños, eso es de comprender, como ya respondí en un post de Facebook sobre la apertura de las escuelas con la mitad de aforo, para que "los niños guarden distancia de seguridad", es como dejar caer 4 bolas de mercurio en una distancia de un metro, más pronto o más tarde, acaban por juntarse, con lo cual, dentro de un control de los padres y dándoles toques de atención para que no lo hicieran, sería hasta lógico. Pero nada más lejos, en vez de hacer eso, intentar hacer cumplir las normas a los pequeños, que su afán de jugar y compartir con otros semejantes, pueden dejarse llevar, había corrillos de padres, corros de diez o doce personas adultas, ocupando no mas de 15m2, en total, en una zona muy localizada del parque, entre niños y adultos, se habrán llegado a juntar unas sesenta personas.
No podía castigar a mi hija, por la falta de coherencia de algunas personas, y nos hemos estado moviendo por las zonas no transitadas del parque. Pero lo peor estaba aún por llegar, porque, cuando nos íbamos, ha llegado un policía local, que lejos de, como mínimo advertir a los que allí estaban, ha entrado, sin ningún tipo de protección y se ha puesto a charlar tranquilamente con uno de los grupos de adultos que allí había.
¿Nos estamos dando cuenta que jugamos con, como mínimo, qué no se nos conceda el paso a la fase 1, del desconfinamiento?
¿Qué de nuestro comportamiento depende, no tan sólo el salir, sino que la economía vuelva a arrancar?
¿Somos conscientes del daño que podemos causar con este tipo de actos?
¿De verdad estamos preparados para seguir avanzando en la desescalada de limitaciones?
Sinceramente, no lo tengo muy claro, me parece más que cada uno va por su cuenta, que somos los números uno en el teatrillo de los aplausos a los sanitarios y los cuerpos del Estado, para luego hacer lo que nos viene en gana cuando nos dan un metro de libertad. Creo que los sanitarios y los que cada día se han jugado y se están jugando su salud y su vida, en vez de aplausos a las ocho de la noche, les debemos un poco de respeto y hacer las cosas bien y no lo que nos apetezca, con la excusa, de que llevamos no se cuantos días encerrados en casa.











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