Séptimo día, al fin hoy hemos recibido la noticia que el lunes entramos en fase 1, comenzaremos a poder una funcionalidad más normalizada, aunque la vida normal, como la conocíamos antes, nunca volverá, será muy complicado volver a una tranquilidad después de haber visto cómo todo se tambalea por el mero hecho de cruzarse en nuestro camino un ser microscópico, algo que, desde su insignificante tamaño, ha hecho temblar y desvanecerse las economías de todo el mundo.
En respecto al paseo, hoy he decidido hacer un poco de pseudoturismo, por parte de la ciudad, buscando un poco la mezcla de lo antiguo con lo nuevo, de la restauración, de la conservación, del abandono y he ido buscando entre edificaciones y parques buscando dar sentido a una situación que va más allá de la lógica, si no somos capaces de respetar un confinamiento, si oímos como sigue habiendo detenciones, sanciones, vamos a dejar que esto vaya adelante tan sólo por salvar la economía. Lo que no entiendo, es qué clase de economía se sustenta sin personas que la sustenten.
¿Vamos a aprender algo de todo esto?, sin duda, creo que no, el ser humano no está creado para aprender de sus errores, está concebido para repetirlos y repetirlos hasta la saciedad, no hay ningún otro animal encima de la faz de la tierra que no respete su ecosistema, que no consuma más allá de lo que le es necesario, tan sólo el ser humano.
Vamos directos a una fase 1 de desconfinamiento, a partir de aquí, depende sólo de nosotros volver a hacer que este mundo sea un desastre o intentar de mejorarlo. Ya se sabe casi a ciencia cierta, que la causa de la expansión de este virus, ha sido la falta de cuidado con los ecosistemas, y la trato que damos a los animales salvajes, que por su falta de espacio, cada vez tienen más y más contacto con el hombre. Se que ahora todo se achacará a la costumbre china de comer murciélagos, animal más que probable portador de este coronavirus, como de muchos más que aún no han sido traspasados al hombre, pero no es una costumbre nueva, hace siglos que lo hacen y los murciélagos, también son portadores de enfermedades desde siempre. Estamos matando el planeta y este se defiende con las armas más mortíferas que tiene que, ni son los volcanes, ni terremotos, ni tsunamis, son los patógenos, microorganismos que, gracias a nuestra ineptitud, acabarán con nosotros, un día u otro, el porqué, lo tenemos delante estos días, importa más la economía, que la vida de las personas, dinero hay para inyectar a todas macroeconomías, para sacar a flote a todos los países, el problema es que ese dinero, lo tienen cuatro magnates, a los que les importamos una mierda, hasta que vean, que sin esa mierda, ellos tampoco pueden vivir.
Mañana más y mejor.














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